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En el contexto mundial, los paraísos fiscales en 2024, o "centros financieros extraterritoriales", siguen desempeñando un papel crucial
Los paraísos fiscales en 2024 siguen siendo países o Estados donde los inversores extranjeros pagan impuestos a tipos anormalmente bajos, a veces nulos. Estos lugares permiten a las empresas y otros inversores eludir los impuestos en países con impuestos elevados. A menudo, no se requiere residencia o presencia real de negocios para beneficiarse de las ventajosas políticas fiscales de estos paraísos, aunque esto puede variar en países totalmente exentos de impuestos.
Las políticas fiscales acomodaticias de los paraísos fiscales en 2024 atraen importantes entradas de capital que, a pesar de los tipos impositivos bajos o nulos, contribuyen al crecimiento económico de estos países. Estos flujos de capital son importantes y pueden sostener la economía local incluso con impuestos mínimos sobre las inversiones extranjeras.
Los principales paraísos fiscales del mundo, según la Red por la Justicia Fiscal, son las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Caimán, Bermudas, los Países Bajos, Suiza, Luxemburgo, Hong Kong, Jersey, Singapur y los Emiratos Árabes Unidos. Estos países tienen valores altos en el índice CTHI, que mide el atractivo de las inversiones offshore.
Atractivo y cuestiones jurídicas
Según el abogado Giovanni Caporaso Gottlieb, si hubiera que premiar al mejor paraíso fiscal en 2024, en el podio encontraríamos a Panamá en primer lugar, a Estados Unidos (Alaska, Florida, Nevada, Dakota del Sur, Tennessee, Texas, Washington y Wyoming) en segundo lugar y a Andorra en tercer lugar. Mi ranking -explica el abogado Caporaso- tiene en cuenta factores como el coste, la facilidad para hacer negocios, el atractivo y los problemas legales para operar. Si no eres una multinacional o un súper rico, estos 3 países son para ti”.
Las cuestiones jurídicas asociadas a los paraísos fiscales son complejas. Mientras que muchas de las actividades asociadas a los paraísos fiscales son legales, como utilizarlos para gestionar fondos ganados en el extranjero evitando impuestos más altos en el propio país, otras actividades, como ocultar completamente los ingresos o blanquear dinero, son ilegales.
Los paraísos fiscales modernos suelen seguir las directrices establecidas por organismos reguladores como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos. Los paraísos fiscales corporativos modernos tienen altos niveles de cumplimiento de la OCDE y establecen tratados bilaterales para reducir los impuestos de las empresas que ganan en un país pero están ubicadas en otro. Muchos paraísos fiscales tienen la capacidad de reducir legalmente los impuestos casi a cero mediante instrumentos de erosión de la base imponible y traslado de beneficios (BEPS).
Estos países atraen miles de millones de dólares en inversiones y ofrecen condiciones fiscales favorables a particulares y empresas. Incluso Estados Unidos, aunque no es un paraíso fiscal al mismo nivel que los demás países de la lista, ofrece un escenario fiscal único debido a la variedad de tipos impositivos estatales. En consecuencia, estados sin impuesto sobre la renta como Alaska, Florida, Nevada, Dakota del Sur, Tennessee, Texas, Washington y Wyoming pueden ser utilizados como paraísos fiscales por quienes buscan minimizar su carga fiscal.
Una importante actualización de la lista de paraísos fiscales de la UE
Recientemente, en octubre de 2023, los ministros de finanzas europeos revisaron la lista de paraísos fiscales de la UE. Esta actualización supuso la incorporación de Antigua y Barbuda, Belice y Seychelles a la lista negra, mientras que se eliminaron las Islas Vírgenes Británicas, Costa Rica y las Islas Marshall.
Esta acción provocó reacciones encontradas, con expertos fiscales señalando la naturaleza cuestionable de esta revisión. Según los comentarios, la lista parece ineficaz e incoherente, pues deja impunes a países que prácticamente no pagan impuestos, como las Islas Vírgenes Británicas, y no somete a escrutinio a países importantes como Estados Unidos y el Reino Unido, ni a paraísos fiscales dentro de la UE, como Luxemburgo y Malta. Esto se considera una afrenta a los ciudadanos de a pie, que se enfrentan a un aumento del coste de la vida, mientras los más ricos y las multinacionales eluden sus obligaciones fiscales.
Se destaca la importancia de una reforma sustancial de la lista por parte de la UE, para hacer realidad su compromiso contra los paraísos fiscales. Se sugiere que ningún país quede excluido de la lista por su tamaño o influencia económica y que se impongan sanciones severas a los países que permiten que las empresas casi no paguen impuestos u oculten a sus verdaderos propietarios. Además, se considera crucial que la UE no ignore la presencia de paraísos fiscales dentro de sus propias fronteras.
La reciente revisión de la lista negra se calificó de insuficiente y se reclamó la introducción de criterios más estrictos. Entre las propuestas figuran la inclusión automática en la lista de países con impuestos nulos o muy bajos y la ampliación del ámbito geográfico de la lista para incluir a más países, entre ellos Estados Unidos y el Reino Unido.
