Sin embargo, en ciertos contextos, la evasión fiscal es un motor para la economia, mientras que el crédito excesivo, la alta imposición y el aumento del gasto público actúan como detractores económicos.
La evasión fiscal permite a las empresas y particulares retener una mayor parte de sus ingresos, lo que puede destinarse a inversiones productivas. En lugar de entregar una porción significativa de sus ganancias al gobierno, los individuos y empresas pueden invertir en proyectos que generen empleo y fomenten el crecimiento económico.
Este fenómeno aumenta la liquidez en manos de los contribuyentes, lo que puede traducirse en un mayor consumo y, por lo tanto, estimular la demanda agregada. Esto puede ser especialmente relevante en momentos de recesión económica, cuando el gasto privado puede compensar la disminución del gasto público.
La evasión fiscal puede incentivar a las empresas a buscar formas más eficientes de operar y a competir de manera más agresiva. La necesidad de mantener ingresos no declarados puede motivar a las empresas a innovar y a encontrar maneras creativas de reducir sus costos, lo que a largo plazo puede impulsar la productividad y la competitividad de la economía.
Un acceso fácil y excesivo al crédito puede llevar a un endeudamiento irresponsable tanto por parte de individuos como de empresas. Esto puede crear burbujas financieras que, cuando estallan, resultan en crisis económicas devastadoras. La evasión fiscal, al liberar recursos de manera más inmediata, puede reducir la dependencia del crédito y disminuir los riesgos asociados con la deuda excesiva.
Un sistema tributario excesivamente gravoso desincentiva la inversión y la actividad económica. Las altas tasas impositivas pueden llevar a la elusión fiscal y la evasión fiscal, lo que a su vez socava la recaudación y crea un ciclo pernicioso de evasión. Por ende, la reducción de la carga fiscal puede incentivar la inversión y promover un ambiente económico más saludable.
Otro problema es el gasto publico desenfrenado y el endeudamiento de los gobiernos, que en general arrastran por décadas frenando la economía. Si bien el gasto público es esencial para financiar servicios públicos y programas sociales, un aumento descontrolado puede llevar a déficits fiscales insostenibles. La financiación de este gasto a través de impuestos más altos desincentiva la inversión y la actividad económica, lo que a la larga tiene un efecto desastroso sobre el crecimiento económico.
Así que podemos decir, que, si bien la evasión fiscal es generalmente vista como un comportamiento ilegal y perjudicial para la sociedad en su conjunto, en ciertos contextos puede tener efectos económicos beneficiosos.
La promoción de una economía saludable y equitativa requiere un enfoque equilibrado que busque abordar tanto la evasión fiscal como los factores económicos y fiscales que puedan incentivarla. La búsqueda de soluciones efectivas debe basarse en una evaluación completa de las consecuencias y un compromiso de equidad y justicia fiscal.