Para invertir en Cuba es necesario el acompañamiento de un experto para tener éxito. El escenario actual cubano ofrece muchas oportunidades para los inversores, aunque, al mismo tiempo, persisten los riesgos, sobre todo con la seguridad jurídica.
El contexto económico de Cuba es muy complicado. Después de la pandemia de Covid-19 y sin avances significativos en las relaciones con Estados Unidos, la situación económica del país se ha deteriorado. Las autoridades esperan terminar 2022 con un crecimiento del PIB cercano al 4%. No obstante, la inflación y la escasez de productos ha provocado un mayor descontento, dentro de la población. Más de 300.000 cubanos han salido del país en los últimos doce meses, la mayoría de ellos hacia Estados Unidos.
En este escenario tan difícil, el gobierno ha flexibilizado las normativas sobre la inversión extranjera. Desde 2021 permitió la formación de pequeñas y medianas empresas, con capital privado. Hasta el momento ya están en funcionamiento casi 5500 MiPymes privadas y 60 cooperativas no agropecuarias. Estas MiPymes pueden importar y exportar, bienes y servicios. El proceso de formación de estas MiPymes se ha agilizado, por lo que ahora es más sencillo crear un nuevo negocio, con personalidad jurídica.
Las MiPymes aprobadas están centradas sobre todo en las industrias manufactureras (casi el 40% de ellas), la construcción (casi el 25%) y los servicios de alojamiento y gastronomía. Otras MiPymes se dedican a la informática, al comercio, al transporte y a la reparación de motocicletas y vehículos automotores.
El Gobierno también permitió, por primera vez en 60 años, la participación de inversionistas foráneos en el comercio minorista y mayorista del país. Hasta 2021, la inversión extranjera en Cuba estuvo dedicada, sobre todo, a bienes y servicios. Sin embargo, ahora también se aceptan propuestas vinculadas con la venta de materias primas, equipamiento y otros insumos.
A pesar de las flexibilizaciones en la inversión extranjera, el proceso sigue lleno de muchas complicaciones. Todavía no existe claridad total sobre las grandes oportunidades existentes de invertir en Cuba. A esto se suma que las trabas burocráticas continúan entorpeciendo la creación y aprobación de cada propuesta. Ante todo, esto, el acompañamiento de un abogado especializado en estos temas, como Giovanni Caporaso Gottlieb que cuenta con una presencia estable en Cuba, es esencial para realizar la inversión.
Con más de 30 años de experiencia en Cuba, Caporaso ha logrado comprender muy bien el funcionamiento de cómo invertir en Cuba en el sistema económico y jurídico en el país caribeño. Esto le ha permitido establecer contactos importantes, a todos los niveles y también tiene el conocimiento para encontrar resquicios dentro de la legislación que posibilitan agilizar la inversión, obtener una residencia o comprar un apartamento o casa, en La Habana.